Ángel Guinda
Recientemente se acaba de publicar el excelente poemario Claro interior de Ángel Guinda. En esta nueva entrega, a la impecable edición a cargo de la editorial aragonesa Olifante, hay que sumarle la profundización en el discurso poético de nuestro autor. Claro interior es un libro marcado, a mi juicio, por tres corrientes principales. La primera supone reivindicar los elementos lúdicos del lenguaje como medio para bucear en las contradicciones de la existencia. No estamos, creo, ante fórmulas más o menos vanguardistas cuyo objetivo es, meramente, epater le bourguois, sino todo lo contrario. Recuperar las correspondencias del decir poético para sugerir un pensamiento de rebeldía y extrañamiento frente al mundo injusto que nos rodea. La segunda línea de fuerza constituye la búsqueda tozuda de la innovación dentro de su modo poético: poesía del pensamiento. Los versos de Angel Guinda son, ante todo, reflexiones y tomas de postura filosóficas, una poesía replegada hacia la voz interior que, sin embargo, sale y contrasta con la alteridad. Una constante en la obra del autor ha sido saber amalgamar esa máxima unamuniana de "Siente el pensamiento, piensa el sentimiento", de modo que en esta nueva entrega se reivindica esa fórmula tratando de acendrarla. Y por último quisiera señalar que Claro interior es, a mi modo de ver, un grito de dolor y de rebeldía. Frente al abuso cotidiano y a la inmisericorde explotación, Ángel Guinda nos anima a enfrentarnos con las armas del lenguaje para “desmarcarnos”. Poemas, pues, necesarios en tiempos de falta de templanza y aceptación sumisa de la realidad.
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