sábado, 29 de marzo de 2008

Ensalada póstuma del apátrida de gafas redondas

Entre paréntesis (2004)
Roberto BOLAÑO

“De lo perdido, de lo irremediablemente perdido, sólo deseo recuperar la disponibilidad cotidiana de mi escritura, líneas capaces de cogerme del pelo y levantarme cuando mi cuerpo ya no quiera aguantar más”.

Exiliado desde los 20 años, primero en Méjico, después en España. Bolaño es un auténtico superviviente de la generación más joven que luchó y sufrió el otro 11–S, el de 1973 en Chile. En su caso la prisión fue efímera, un golpe del destino sucedió al golpe de estado. Uno de sus carceleros, compañero de colegio, lo sacó de los calabozos donde se hacinaban los represaliados políticos. Quizá entonces comenzó un exilio vivido de forma nada traumática y una búsqueda de su propia identidad literaria jalonada de cientos de lecturas, influencias y amistades.

En esta obra póstuma subtitulada “Ensayos, artículos y discursos (1998–2003)” brilla desafiante y mordaz la prosa menos novelesca del escritor apátrida. Es pues una miscelánea que recopila artículos principalmente de crítica literaria española e hispanoamericana del siglo XX habitados por amigos, por filias y fobias librescas y por una pasión literaria total. Son en general, pequeñas píldoras de, a lo sumo, un par de páginas que van de la narrativa a la poesía interrogándose el talento y la novedad de decenas de autores y autoras de fama irregular o injusta, las más de las veces.

También se incluyen algunos discursos o conferencias de tono y estructura atípica, incluso una crónica de su retorno al país natal tras casi veinte años de alejamiento físico, además de un pregón de fiestas y otros artículos de homenaje a Blanes y la Costa Brava, su lugar de adopción en España. Este cajón de sastre que recorre los cinco últimos años de la vida del autor se cierra con una curiosa entrevista de la revista Playboy, la última que concedió y que fue publicada póstumamente.

Pero en general, sus filias y fobias literarias y la pasión con la que escribe de los libros que devoró, dominan los textos. Cercano a sus amigos, azote deslenguado, en sus artículos y discursos late el alma de un superviviente rodeado de libros y escritos. Bolaño siempre es mucho más: sentido lector de poesía, agudo espectador en la distancia de la crónica literaria chilena o experto gourmet de literatura en general e hispanoamericana en particular.

Tierna y corrosiva a la vez, esta ensalada ensayístico–periodística a nadie dejará indiferente y seguramente proporcione pistas y referencias al que se acerque a ella con ganas de nuevas emociones literarias.

No hay comentarios: